El momento en que acontece todo esto es importante, es cuando los ojos de todo el país se posan sobre lo que hacen los actores políticos, pero ¿Por qué admitir que firmo un documento sobre alianzas? ¿Para qué exhibir a los participantes del acuerdo? ¿Por qué?
Si fue buen estratega seguramente César sabía que el costo político no es tan alto para él como para los demás, así que le apuesta a que una vez exhibidos, el “fuego amigo” por parte de los civiles se hará presente primeramente en las encuestas y después en las urnas.
Lo hizo con premeditación, alevosía y ventaja, esperó a que el tricolor tuviera un acto en Guadalajara para que las cámaras y los micrófonos fueran solo suyos, pensando en que si chocaba con un iceberg, los tripulantes de su “insumergible” se iban con él.
Ya lo dicen por ahí: “Divide y vencerás”. A esto también le apostó claramente César, ahora las críticas no solo irán a parar en el blanquiazul, sino que recaerán también en Beatriz y en Enrique, pues se probó que se puede negociar a espaldas de un partido que debe luchar por su cohesión.
Negociaron muchas cosas, entre tantos factores claro que estuvo el factor económico, se la jugaron y con una pluma dieron por concluido su acuerdo, anteponiendo intereses partidistas al reclamo popular.
El ciudadano no se debe conformar con ver comparecer ante San Lázaro a todos y cada uno de los que estamparon su firma en un documento que, al menos a regañadientes, debió ser de conocimiento público desde el primer instante.
Hay cosas que se quedan en el tintero ¿Por qué Felipe nunca se entera de lo que ocurre? ¿Por qué no se nos deja en claro para quién trabajan? Según su particular jerarquización ¿Preponderan más los intereses de una nación o los intereses partidistas? ¿Qué castigo deben recibir los culpables?
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