jueves, 7 de abril de 2011

Cambiando el "status quo"


No sé si se haya dado cuenta de lo siguiente: Todos en algún momento de nuestras vidas pretendemos cambiar algo, vamos por ahí tratando de criticar el gastado “status quo” buscando aquello que nos molesta y que por lo que nuestra lógica dicta merece ser mejorado.

Vivimos en una época trascendental: Si nos damos cuenta no compramos una jersey de nuestro equipo favorito sólo por vernos bien, sino porque marca un estilo de vida, porque generamos comentarios a partir de la percepción de las personas a nuestro alrededor.

Como consumidores no nos interesa tanto si un disco contiene diez, quince o veinte canciones, nos importa realmente estar conectados con los que consideramos iguales a nosotros porque comparten nuestro gusto por la música de tal o cual artista.

Se nos ha dicho por mucho tiempo que los medios de comunicación son entes malignos, que hipnotizan y que por supuesto son adictivos. Ellos se enfocan en elaborar una idea, una vez que la tienen utilizan los mecanismos necesarios de propaganda para convertirla en éxito, el modelo sigue siendo funcional, pero las baterías se acaban. ¿Dónde está el repuesto?

Estos cambios que experimentamos nos han hecho ver que no necesariamente debemos tener dinero o gozar de las relaciones con los jerarcas de las instituciones para ser líderes, se suponía que con la llegada de internet el entorno iba a ser mucho más cómodo y homogéneo pero incurrimos en un error, todo porque ahora los grupos emergen de las sombras, hay gente que quiere ser escuchada o al menos respetada.

La percepción está cambiando: No se trata de lo que políticos o empresarios puedan hacer para cambiar a la industria, la economía o el modo de hacer política, se trata de nosotros y de lo que podemos hacer para llegar al siguiente nivel.

Grupos musicales como Los Beatles no inventaron a los jóvenes, pero intentaron ser líderes. Encontraron un nicho de mercado que en la fachada se veía desorganizado, pero que a través de sus canciones encontraba una salida o una especie de apoyo para la esperanza.

El mérito de agrupaciones como Kiss, Queen o Aerosmith es que miraron de frente al status quo para gritarle ¡No te soporto!
La idea general es completamente simple si la vemos como un proceso sistémico: Se trata de contar historias para ese público que anhela escucharlas, podemos conectar irremediablemente con la gente, esto nos llevará a crear un movimiento, y si movemos bien nuestras piezas, con ello generaremos un cambio.

Estoy a su disposición por las siguientes vías de comunicación para que ubique, comente y critique los contenidos de esta publicación:


Disney: Según el cristal con que se mira


Nota aclaratoria: En concreto ésta publicación trata de hacer llegar al lector un mensaje doble, mientras en el texto se plantea la posibilidad de hacer un análisis orientado al despertar ideológico, también se trata de describir y reforzar la crítica, esperando que éste sea entendida como tal y que todas las sensibilidades se sientan respetadas.

En tanto este simple mortal al que le gusta mucho escribir, supo que en esta nueva oportunidad de compartir con ustedes podría tocarse el amplísimo mundo mágico la tarea de buscar ideas comenzó. De todas ellas quedó una sola motivada por un gusto culposo que el autor tiene por Disney. Considerando esa simpatía que puede hacernos coincidir, el autor decide poner en estas líneas su particular opinión del asunto referente a los mitos urbanos que arropan a la empresa que icónicamente se ve representada por el ratón miguelito y sus amigos.

A continuación se presenta un recorrido breve por varios de éstos, que dicen mucho de lo que somos como sociedad (al menos en Latinoamérica) teniendo como hilos conductores a personajes que nos atrapan desde la primera escena, ya sea porque su carácter se muestra fresco, original, misterioso y por si fuera poco lleno de sueños por cumplir. Todo esto aunado a un excelentesoundtrack coleccionable.

En un impresionante mar de marcas a las que estamos expuestos resalta una en particular, lo hace porque atiende a uno de los mercados más difíciles y más diversos como lo son los niños.

Esta semana trae sorpresas y una de ellas es la posibilidad de poner sobre la mesa el análisis de una de las empresas más importantes en el globo terráqueo que asume la responsabilidad de llevar a su público productos novísimos utilizando un marco cien por ciento lucrativo, pero sobre todo rentable como lo es “la magia”, todo bajo una perspectiva un tanto cuanto incómoda.

Las películas de Disney debían tener un lado oscuro, como todo aquello que se engrandece gracias al poder mediático y al mismo marketing, que es principal impulsor tanto de una persona como de una reconocida firma.

Los detractores del reconocido mundo mágico ponen como ejemplo diversos filmes, todos fueron un éxito en taquilla y queriéndolo o no forman parte de la cultura pop de la época actual.

En “El Rey León”, por ejemplo, Simba entra en un conflicto emocional por la pérdida de su padre, después de una escena en la que entabla diálogo con Timón y Pumba éste se aparta.

Dentro de su soledad parece recriminar a Mufasa por no estar con vida, el cargo de conciencia que tiene es enorme y termina recostándose en la hierba mostrándose abatido, al hacerlo se puede notar que vuelan pétalos que se lleva el viento formando presuntamente la palabra "SEX".

Esto da pie a múltiples interpretaciones, pero también a muchas preguntas:

¿Tener relaciones puede ser catalogado como algo diabólico? si el argumento que utilizan los detractores es lo suficientemente fuerte entonces podremos deducir que más allá de nacer con el pecado original el mundo está sobrepoblado de gente “maldita”.

Si pasamos a los argumentos que nos llevan a títulos como “La Bella Durmiente” o de “Blanca Nieves”, primero deberíamos saber que son relatos clásicos que en su mayoría provienen del norte de Europa, y el traerlas a colación en versiones mucho más “ligeras” no es otra cosa que el rescate folk de esa tradición oral y escrita que tiene bastante de culto por encima de si se tratan o no de “tierras paganas”.

No es por nada, pero cuesta creer que gracias a “Blanca Nieves” la tasa de cocainómanos ha crecido considerablemente. ¡Disney es culpable! ¡Linchemos a la compañía por eso!

Centremos la discusión en lo siguiente: Supongamos que un grupo pequeño de personas toca a la puerta, abrimos y nos dicen que necesitan nuestra ayuda para descubrir si en verdad el mensaje subliminal “por eso debes obedecer” se hace presente dentro de la nueva campaña publicitaria que planean sacar al mercado en próximos días.

Parece mentira, pero de manera inconsciente su petición nos ha predispuesto:

Ahora somos propensos a relacionar la campaña con dicho mensaje, nuestra respuesta va a ser afirmativa, cada vez que veamos o escuchemos algo asociado con la supuesta publicidad simple y sencillamente ante nosotros existirá una barrera mental que sataniza el empleo de una frase como esa, ahora la pregunta sería ¿Qué hubiese pasado si estos personajes no nos advierten sobre la frase? ¡Nada!

Posiblemente sea tratada como una campaña que pasará sin pena ni gloria por la gama amplísima de anuncios comerciales, igual y no va más allá de un mero comentario dentro de una charla, las eventualidades son infinitas.

¡Lo mismo pasa con Disney y sus mitos urbanos! Desde que los rumores comenzaron a crecer la gente los ha tomado como ciertos, tanto así que muchos padres han prohibido a sus hijos ver películas de la empresa que tiene como ícono al ratón miguelito.

El meollo del asunto es ver a los productos fílmicos de Disney como meros hechos, sin esos seres radicales o paranoicos que buscan al ente maligno que mueve conciencias infantiles insertando en ellas argumentos que van a favor o en contra del capitalismo y la drogadicción.

Si hacemos un alto podremos reflexionar un poco para darnos cuenta de que ésta alerta que nos hacen los maestros en la escuela, algunos conferencistas, bloggers y demás usuarios de la red viene a colación cuando somos unos pubertos ¿por qué razón no hacerla antes?

Los niños despiertan y abstraen la realidad con mucha facilidad. En ese entendido se podrían orientar los conceptos pertinentes para informar a niñas y niños sin la necesidad de ser explícitos. Si la apuesta es real, la idea principal debe ser mejorar la “reprogramación” de los infantes a través de recursos pedagógicos coherentes, pero sobre todo creíbles. Ahí la solución para los detractores.

Argumentos Ad hominem radical

Si aterrizamos el debate para argumentar meramente con recursos falaces ad hominem descubriremos que tanto bien como mal se encuentran alojados en todos lados, incluso la responsabilidad denominada libre albedrío nos lleva a ser héroes o villanos en una “vuelta de tuerca”.

No es benéfico pisar el desértico suelo que juega trucos al pensamiento, el ser humano en sí mismo no es perfecto, sino perfectible.

Las mentes radicales se rasgarán las vestiduras, los recalcitrantes no pensarán como yo, su visión no se los permite, pero es tan válida y respetable su postura que no pretendo con esto ir en contra de preceptos milenarios, sino simplemente exponer mi punto.

En lo que a mí concierne una marca puede difundir o no la temática homosexual, puede plantear la existencia de una realidad alterna o utilizar la mitología griega dentro de las películas, mi lógica que indica que simple y sencillamente sería conveniente no criticar.

Rentar o comprar títulos como “La Cenicienta”, “Pocahontas” o “Mulan” no necesariamente implica que seamos consumidores de estupefacientes o que vayamos a serlo, si algo nos gusta o no es absoluta responsabilidad propia.

El punto es que los cuentos clásicos son ahora éstos, lo son al menos en el imaginario colectivo de una nueva generación, no importan tanto las versiones, tampoco los textos originales catalogados como “oscuros” (mismos que a mí me gusta llamar “humanos”) de autores como Andersen o los Grimm, el cuento se queda en la película o en relatos orales distorsionados por los padres, no en lo que realmente se escribió.

La maldad está en todos lados, incluso nosotros mismos somos una prueba viviente de ello, en nosotros coexisten la bondad y la malicia, tal parece que entonces los detractores e impulsores de estos mitos deben tener estándares muy altos para nosotros, la idea, como dice un libre pensador local, es no hacernos tan perfectos que de algo hemos de carecer o exceder.

Lo que no se puede negar es que las películas de Disney son la ventana animada para percibir mundo, esto –que conste– en algunas ocasiones.

Si se requiere de ejemplificar más a continuación expongo: En “El Libro de la Selva” hay unos buitres parecidos a “Los Beatles” (Por favor, a estas alturas creo estéril pensar en que por su similitud con el cuarteto de Liverpool los niños correrán a meterse cuanta droga se les ponga enfrente) y qué decir del “Robin Hood” que muestra algunos principios del comunismo ¿Es por eso que debemos lapidar al mensajero que en este caso es Disney? ¡Son ideologías! En algunos casos son estilos de vida, reitero, tan respetables como los de cualquier otro mortal. El mundo es así, punto.

Una cosa más, si en su dicho se sostiene que deberíamos abogar por una sociedad más humana, la cual se rija por el deber y la razón ¿Cabe hacer mención de dichas cualidades cuando en la mismísima acción se divide a la población tocando temas como éste?

Hay que centrarse en hacer lo correcto y buscar hacer las cosas por nosotros mismos, no culpando al hombre, a la sociedad, o a la religión, finalmente somos quienes nos definimos, no el entorno.

Reitero mi disposición para tener contacto directo, le dejo como cada semana las siguientes vías de comunicación para que ubique, comente y critique los contenidos de esta publicación:



**Ilustración de Rafael Rodríguez para Revista Transmigración.

Conflicto en Libia: Hasta hoy, todo es esceptiscismo


Estados Unidos se tardó cuarenta y dos años en decir que no les importa Muammar Gaddafi, aún no hay nada claro sobre si se dará una real transición y lo que definitivamente no escapa a nuestros sentidos es la llegada del arsenal que pretende crear un ambiente de tensa paz haciendo la guerra. Atrás de ello, un sistema rentable de compra-venta.

Hasta el momento nos resulta interesante conocer qué se puede percibir más allá de lo que nos dicen los mismos medios, cuál es la opinión que se desata en la comunidad internacional al respecto o si es relevante a los ojos de la población la nueva crisis que enfrenta el mundo árabe.

Libia es un país que cae de manera estrepitosa y dramática: Mientras los exportadores e importadores de petróleo se mantienen a la expectativa, el líder libio es dueño de toda la economía. Prácticamente Gaddafi -que se mantiene en actitud combativa al menos hasta este día, en que escribo estas líneas- tiene a su pueblo en las manos.

El problema creció a pasos agigantados: A la obtención y el mantenimiento del poder libio, se le sumó la intermitente capacidad de reacción de Estados Unidos para resolver la situación. Bien pudieron hacerlo años antes, pero las circunstancias los alcanzaron y aprovecharon el “Efecto Túnez” para asestar el golpe.

La justificación de la nación que vio nacimiento real tras el conflicto de las trece colonias se resume en la palabra conveniencia, tomar el tema con reservas ayudará a no tambalear su política exterior, y en buena medida por ello se dice que dirige desde las sombras a los aliados.

La intervención internacional no puede ser bien vista, no completamente, eso porque por una parte si no existía acción extranjera se corría el peligro de enfrentar al caos, pero por otro, el conflicto exhibe a la comunidad mundial que pareciera estar deseosa de mostrar sus excesos a toda costa.

Lo cierto es que hasta hoy, todo es escepticismo.

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Presunto Culpable: El Suceso



Presunto culpable ha generado polémica, levantó ámpula dentro de la sociedad mexicana y las arenas de debate se abrieron haciendo de este documental un tema de coyuntura por el que pasan actores políticos y sociales sin el mayor recato.

En lo dicho: El marco jurídico poco se conoce y nosotros como entes comunicadores deberíamos sumergirnos en la revisión de tales temas para no sufrir con el ruido mediático, mismo que a veces genera un corrosivo escándalo dentro de la opinión pública dando pie a una mala información (o desinformación, como prefiera llamarle) en este caso, del lector.

Primero porque el tratamiento de la nota iba dirigido a la censura, y al mismo tiempo a generar en el ciudadano la certeza de que el impedimento para ver el documental en las salas de cine atentaba contra el acceso a la información. Algo que no es tan cierto.

Últimamente hemos sido testigos de la frivolidad mediática, hay en el discurso mucha vanalidad teniendo como sustento una realidad hecha ficción que se hace “tangible” dentro del documental.

A nosotros nos interesa, a raíz de esto cuestionar ¿Qué se puede hacer? ¿Qué se debe hacer? Todo esto tomando en consideración que el suceso denominado “Presunto Culpable” es fiscal de hierro ahora tras enfrentarse a un recurso legal que por un momento suspendió su proyección.

Como escribí anteriormente dentro de este espacio, lo cierto es que ante la confusión mediática, esta clase de problemáticas adquieren el status que se puede resumir en una frase: “usted ¿a quién le va?”

Los que ya tuvieron la oportunidad de ver el material fílmico que hoy nos ocupa pudieron abstraer esa realidad forjando su criterio en función de factores externos que llegaron cual virus.

La pregunta que debemos hacernos ahora es ¿Qué tan confiables somos todos cuando nuestro discurso se enciende o se apaga en función de lo expresado por un tercero?

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La Cibercultura



La cultura es entendida por muchos, en palabras simples y llanas, como el que hacer del hombre, es entonces que la cultura no puede encasillarse en el rubro artístico solamente sino que el término es un tanto universal y se abre a un mundo de posibilidades y de significados inmensos.
Toda una serie de factores son las que influyen en el crecimiento o el estancamiento de la cibercultura, pero además, la cibercultura de alguna manera se enlaza, como el eslabón de una cadena, al crecimiento del ciberespacio.

Es de sobra sabido que las llamadas nuevas tecnologías presuponen innovación y esta misma ha jugado un papel importante para que ahora la gente en su mayoría pueda acceder a tener, digámoslo así, una segunda vida.

Una segunda vida que puede ser entendida como una válvula de escape de “nuestra realidad”, y en la que podemos ser, si lo queremos, una especie de mesías cuya fortaleza radica en la combinación de números como el uno y el cero.

La “vida” a la que accedemos en el entorno del ciberespacio transcurre de manera acelerada, gracias a la evolución creativa de la que dispone el hombre ahora decimos que en un determinado tiempo se pueden encapsular cuatro o más generaciones virtuales.

Resulta por demás importante resaltar que detrás de todo discurso se mantiene otro de mayor fuerza en algunas ocasiones, un discurso que va mas allá de nuestra conciencia y es finalmente lo que logra una película como “Matrix”.

En “Matrix” se juega con el subconsciente, posiblemente seamos presas de un aletargamiento de masas, una manipulación, pero las pistas de mensajes “ocultos” de manera irremediable se muestran ante nuestros ojos.

Si tomamos una vez más el ejemplo de “Matrix”, podemos decir que confluyen una serie de ideas de las cuales somos víctimas como usuarios de las nuevas tecnologías (o al menos así llamadas por algunos), por ejemplo, el famoso debate entre lo real, lo ficticio y lo irreal.

Según la tesis que defiende este filme, vivimos en un mundo irreal, y ojo, no lo pone como ficticio propiamente, tomando en cuenta que lo ficticio es circunstancial y puede ser tanto verdadero como falso…pero no ahondemos mucho en eso.

El debate entre lo natural en contraposición con lo artificial da para mucho tiempo, y en este sentido, podemos decir que esta película “Como metáfora de la sociedad actual, hace referencia al control de las mentes de la gente por los medios de comunicación”. (Según la página de Internethttp://calalberche_org.nireblog.com/post/2009/02/01/la-matriz-de-matrix)



Y es precisamente gracias a los medios de comunicación también que como público podemos tener a nuestro alcance ese proyectil llamado tecnología (como lo llama Pierre Levy) para lanzarlo a la cultura que define el mismo Levy como un blanco viviente.

La tecnología no es un ente que se mantenga aislado y no lo es por el accionar del hombre, que la revive, que la perfecciona y que la mantiene en una relación latente con la sociedad.

George Berkeley nos hablaría, enfocándolo un poco al tema que nos ocupa, y muy a mi entender que la tecnología y en sí la cibercultura, nada tienen que ver con la naturaleza de las cosas y se encerraría en la idea de que ser, finalmente es ser percibido, por lo tanto, la cibercultura no existiría del todo, finalmente sí sabemos de ella, pero ¿Hasta que punto puede ser realmente percibida?
Ernesto Kapp, en su momento, hizo un estudio meramente filosófico y trató de hacernos llegar su mensaje de diversas maneras, para él por ejemplo, el ferrocarril pudiera ser como el sistema circulatorio, el telégrafo pudiera ser entendido como el sistema nervioso, y creo, sin temor a equivocarme, que gracias a la era en la que vivimos, la cibercultura como tal sería el sistema óseo de las generaciones venideras, que conocen (o que conocemos) un “nuevo” esquema de trabajo, rompiendo con arcaicos moldes.

En este entendido, podemos decir que hemos rebasado entonces los niveles anteriores del juego y que ahora estamos inmersos en un punto donde mínimo respetamos el hecho de que la cibercultura nos ha cambiado, la tecnología en sí no está vista como un Gadget, como un efecto especial u otra cosa que “abarata” el significado de la tecnología misma, la percepción ha ido cambiando y le ha “caído el veinte” al colectivo con relación a que ese instrumento digital que tenemos entre las manos no sólo está transformando el mundo en el cual vivimos sino también nos está reprogramando como sujetos.

Tan nos estamos reprogramando, que redefinimos constantemente infinidad de términos, y tomando en cuenta un mundo netamente multimedia, ciframos los contenidos existentes y/o pre-existentes en la cibernética.

La cibercultura es finalmente un fenómeno incomprendido, y es en buena medida también a los designios del hombre, que, insisto, se esmera por encapsular en una palabra, en una idea y/o en una fotografía la inmensidad de un universo, para que después sea tan circular que parezca no decir nada.

La cibercultura es también convergencia, es donde se encuentran puntos de vista, es donde el conocimiento toma de la mano a la tecnología para emprender un camino juntos, a la par, creando una especie de sinergia, bajo un ambiente de cooperación mutua que a propios y extraños a veces confunde porque entendemos las fusiones de los medios con otros para enriquecer contenidos y demás factores, pero no las vemos como lo que son, meramente herramientas que favorecen, sino al contrario, las hemos visto como destructor, como un ente que ayuda al detrimento de la sociedad y por ende de la tecnología misma.

Seamos sinceros, aún hay cosas que escapan a la capacidad de los avances de las nuevas tecnologías pero que no impiden que sea algo disfrutable la experiencia de poder, de alguna manera, “interactuar” (nótese que está entre comillas) con productos mediáticos que nos traten de ofrecer realidad.

La cibercultura como eslabón en la amplia cadena que presupone la tecnología ha ido avanzando, en un momento pasamos a conocer la simulación como medio para ir, desde la comodidad de un lugar como nuestra casa a la sabana sudafricana, por citar un ejemplo, en un safari que puede traerte emociones tan “reales” que en verdad te sientas ahí, con vértigo tras una persecución con un león, un chita o que se yo.

La llamada realidad virtual avanzará y en el camino se encontrará con el hecho de que las nuevas generaciones no se conformen con tener un avatar, con tener una de esas famosas “firmas” como las que se usan en los “foros”, sino que falta que el propio medio y/o la propia gente se implanten un chip de necesidad que conduzcan por caminos sinuosos a la creación de la versión cibernética del amigo imaginario que muchos dicen tener cuando son niños.

Se ha dicho que posiblemente nos despojamos un tanto de la capacidad reflexiva, con lo cual estoy en desacuerdo total, pues al menos en la experiencia tanto a título personal como en lo percibido con personajes cercanos, la tecnología, la efervescencia y la frescura con la que encontramos un dato, las redes sociales, tan comentadas y siempre factores o bastiones de la cibercultura nos han hecho un poco más críticos, mas objetivos y nos han dado una perspectiva mas amplia con relación a lo que ocurre con nosotros y con el mundo.

Todo esto que nosotros estamos viviendo en carne propia es a final de cuentas el parte aguas para que la cibercultura evolucione, para que manifieste de mejor modo, de manera mas óptima una nueva forma de ver el entorno social y también el lado cultural.

Costos políticos: Lo público, lo privado y el rumor.



El golpeteo mediático ha adquirido notoria fuerza, el juego político con miras al ejecutivo ya empezó, tan es así que hace unos días en Los Pinos se pusieron a temblar y quisieron resolver con cierta estrategia en la que más que dar certezas se terminó por impresionar, el caso es anecdótico, punto.

Se tuvo suerte en el pasado, hoy simplemente la tarea de discriminar lo público de lo privado tiene un enorme grado de dificultad gracias a que desde hace tiempo a la fecha para los medios de comunicación es importante dar a conocer, con todo y sus fallas, a los actores políticos de moda.

Todo comenzó con un rumor, lo importante del caso es que el daño se hizo, lo relevante es el costo político para todos. Quizá la prensa no supo mirar límites, quizá fue en algún momento víctima de sí misma, de su accionar y la presión por llevar la nota a casa, pero la responsabilidad, como siempre, debe ser compartida.

La sola idea de que lo dicho por un diputado federal, apoyándose en trabajos hechos por terceros fuera una realidad estuvo presente en nuestras vidas, algunos decidieron acostumbrarse, y otros viven con su versión adoptándola como algo completamente veraz sin observar que entre líneas se puede leer la característica básica de una infalible especulación ya que ejerce un decisivo y estratégico papel regulador del entorno.

Si tomamos en cuenta eventos que nos resultan contemporáneos, los medios de comunicación tuvieron un papel mucho más activo dentro del análisis y la crítica minuciosa, fueron éstos los que en algún momento se preocuparon por dar detalles del “affaire presidencial” de Bill Clinton con Mónica Lewinsky, dadas las condiciones de su trabajo la imagen del periodista comenzó a ser la de una extensión judicial que condena desde la pluma.

Hoy, con sus matices y con las salvedades del caso, los ciudadanos no le dieron la espalda al mensajero para abrazar al estado, pero tampoco sucedió lo contrario.

La vida personal saltó a la trinchera política, permitimos que esto sucediera y la consecuencia se resume en que los consumidores de medios compramos una agenda pública en donde la personalidad de ciertos personajes pudo definir el desarrollo o el estancamiento de un programa político.

Así las cosas, amable lector. Como cada semana estoy a su disposición por las siguientes vías de comunicación para que ubique, comente y critique los contenidos de esta publicación:


A propósito de los premios Oscar


Del baúl de los escritos, amable lector, rescato este texto que se acomoda a las condiciones actuales a propósito de la entrega de los premios Oscar.

Ya vimos la entrega de los premios Oscar, una vez más confirmé mis sospechas en torno a los criterios que siguen para premiar a los actores, directores, guionistas y demás partícipes de la industria del cine.

El año pasado apenas, durante los globos de Oro, por ejemplo, los filmes con temática nazi fueron ampliamente galardonados bajo el cobijo de la comunidad artística del vecino país, las cosas no han cambiado, pero aterricemos el debate porque en nuestra nación sucede algo netamente similar:

Como en la política, en la industria del entretenimiento hay juego de intereses, disfrazado por supuesto, pero que al final generan espectáculo redituable.

Un premio no sirve para que, en este caso el artista, “se duerma en sus laureles” o camine “sobre los cuernos de la luna” sino para que el individuo en cuestión tenga la determinación de esforzarse y tenga el impulso que necesita para mostrarse en una vitrina desde la cual tenga derecho a ser elegido para trabajar en diversos proyectos.

Se deben atender muchas problemáticas, en el cine por ejemplo, se siguen haciendo películas con los mismos actores que no se creen en muchos casos una palabra de lo que les dicta el guión. Tal parece que para hacer cine en territorio nacional hace falta tener a cuestas el apellido Ochoa, Bernal, Yazpik, Luna, Talancón, Suárez o De la Reguera. Pero ese no es el punto. ¿Hasta cuándo tendremos una verdadera entrega de reconocimientos que no mire por los intereses de una empresa? ¿En qué momento se hará una entrega de reconocimientos verdaderamente incluyente?

¿Por qué no se premia en Tv y Novelas a Tatiana del Real, que ha mostrado con creces su capacidad histriónica al tejer para sí personajes con una carga alta de emociones y psicológicas? ¿Por qué no reconocer con la misma presea a Érika de la Rosa cuando su palmarés la avala y cuando sus actuaciones la han hecho brillar? Hasta el momento, ninguna de las dos actrices se ha guardado su talento, al contrario, independientemente del éxito de sus proyectos, como seres individuales, han salido airosas de sus compromisos. No se exponen ante los medios hasta llegar al ridículo porque no lo necesitan.

Desafortunadamente, y muy a pesar de los amantes de productos con calidad emanados del cine y la televisión, las entregas de reconocimientos en México se hacen bajo el amparo de un cúmulo de gente que en su escala de jerarquización tiene como principal motor la explotación de una imagen y la vendimia de productos, quitando de lado el factor realmente resaltable denominado trabajo.

lunes, 21 de febrero de 2011

Entregas Especiales: Charla con el Maestro Beto Castillo

El Maestro Beto Castillo se siente comprometido con el salvamento eficaz de la vida animal, tanto así que se decidió por crear una asociación civil denominada El Muro A.C. que busca cambiar las terribles condiciones en las que actualmente viven estos seres en nuestro país.

En una charla con el Director General de Revista Transmigración, el cantante, actor y director vocal comparte el interés por cambiar la mentalidad y desarrollar la conciencia de la gente para que tengamos ciudadanos con una cultura por el respeto por la vida en cualquiera de sus manifestaciones.








Te ofrecemos la “Versión para Llevar” dando click en el siguiente enlace:

http://www.divshare.com/download/14130451-503


jueves, 17 de febrero de 2011

Carmen Aristegui y Las Lecciones a la Audiencia


El debate puede ser el mismo en su esencia, pero nuevamente se posiciona en otras arenas, eso abre la brecha para el abordaje y el tratamiento de un tema, mismo que a veces, sin que nosotros así lo tengamos previsto, termina por adelantarse en cuestiones informativas.

Circuló por los medios el rompimiento de Carmen Aristegui con MVS, algunas fuentes informativas se dedicaban a especular, otras tantas esperaban un posicionamiento de las partes involucradas, finalmente trascendió que se había roto un código de ética que durante algún tiempo no fue de conocimiento público, por lo que quedaban demasiadas preguntas en el aire.

CNN quiso arroparla, la defendió de manera pasiva, con demasiada cautela, la mencionada periodista terminó de hacer su posicionamiento ante los medios unos días después y esa nota para la cadena televisiva tomó la forma de una anécdota.

Las preguntas se fueron respondiendo en tanto se hicieron públicas las posturas de los actores principales de esta historia, pero las dudas no se disiparon del todo, éstas hacían lugar a otro tipo de cuestiones.

En Los Pinos se cometieron errores nuevamente: Con su respuesta, que dicho sea de paso “rayó” en la ansiedad, prácticamente se dio el “visto bueno” a la estratagema iniciada con el despliegue de una manta. El daño estaba hecho.

Fue un error porque se ha evidenciado que para cierto sector de la gente hace falta mayor credibilidad de su parte, es por ello que la aclaración no tuvo el éxito esperado y por ende la aclaración no sirvió de nada.

A nosotros nos queda ocuparnos, estar a la expectativa ante cualquier eventualidad que ofrezca la saciedad a nuestra curiosidad.

Tras la sucesión de hechos que derivaron en la vuelta a la cabina de la popular comunicadora, es justo hoy, que me encuentro escribiendo estas líneas, cuando MVS ha dado a conocer un comunicado “conjunto” con Carmen Aristegui. El clima se encuentra aún enrarecido y las dudas siguen en el aire.

Si bien conocemos la situación, esto nos deja grandes lecciones como consumidores de medios, a continuación le comento algunas de ellas:

No somos más la audiencia presa del consumo, hoy se puede decir que los espacios ganados dejan como saldo la obtención honrosa de una conciencia colectiva, de modelos de pensamiento novedosos y pautas de conducta que generan evolución en un grupo de personas que cada vez más asimila su rol como sociedad.

Ahora somos parte de una realidad alterna, no es diferente, tampoco es mejor, pero al menos es un pretexto para participar lo mismo del contexto que de la coyuntura y lo superfluo.
Sí somos una audiencia crítica. Tan lo somos, que será difícil no llegar a preguntarnos el por qué de las cosas o si los malos de pronto se convirtieron en blancas palomas.

Necesitamos mayor transparencia, hacer hincapié en lo que se dice y en lo que no se dice (que también es importante) para crear una atmósfera de certidumbre.

Y que, como lo escribiera en su momento Pascal Beltrán del Río, Director Editorial del periódico Excélsior: TODO se puede preguntar, siempre y cuando seas POLÍTICAMENTE CORRECTO.

Este es precisamente el escenario en el que nos toca desenvolvernos, gracias al escozor y furor que causó tal entorno, la nota ahora nos ayuda a encontrar los puntos débiles de ésta. Hoy simple y sencillamente nos queda cuestionar y analizar, lo demás se queda en el vacío.

Así las cosas, amable lector. Como cada semana quiero reiterarle que estoy a su disposición por las siguientes vías de comunicación para que ubique, comente y critique los contenidos de esta publicación: