lunes, 15 de marzo de 2010

Entrevista al compositor Raúl Ornelas

Raúl Ornelas se mostró feliz desde un principio, vino a Xalapa con ganas de retomar algo de sus discos anteriores y mostrar un poco de su más reciente material.




“Muy buenas noches, licenciado”. Fue su saludo una vez que llegó al camerino, Acto seguido, tomó asiento y la ráfaga de preguntas no se hizo esperar.



Habló de “3 de Copas” y lamentó que hubiera gente que no estuviera convencida con su proyecto:



“no le apostó la gente que tiene que apostarle. Con una persona que diga que no, se chorreó el atole”, dice.



Si con una palabra se pudiera describir lo vivido durante la rueda de prensa, y que a su vez fue el marco perfecto para la ocasión, ésta sería, sin pensarlo dos veces: recuerdos.



A colación salió la aparición de Raúl Ornelas en Viña del Mar, y mientras respondía, su mirada se centraba en el pasado y la algarabía que se dejaba sentir por parte de la gente al verlo descender de un avión.



Los compañeros de la prensa le hicieron traer a su mente aquella reunión de troveros a beneficio de Haití y rotundamente se dijo en la mayor disposición para hacer lo mismo por la gente chilena que vive actualmente tiempos difíciles a causa de un terremoto que registró 8.8 grados en la escala de Richter.



Con firmes convicciones y una enorme personalidad, Ornelas contestaba todos y cada uno de los cuestionamientos:



¿Cuál cree Raúl Ornelas que es el factor que lo ha mantenido vigente? “Es una pregunta difícil”, reconoce, para seguir diciendo que oír radio, juntarse con gente joven y llenarse de su frescura.



A seis años de su disco “Manual de lo prohibido”, Ornelas asegura que Xalapa es el mejor lugar para mostrarse. Por ésta y por muchas otras razones manifiesta su deseo de poder algún día establecerse en la capital del estado de Veracruz.



Para él, compartir con otros compañeros el mismo escenario es mágico y es una experiencia totalmente diferente cantar con personalidades como Edgar Oceransky o Miguel Luna, con quienes, por supuesto, comparte el gusto por la música, por componer y expresarse artísticamente.



Cantautor al fin y al cabo, Raúl Ornelas no tiene empacho en declarar que la música vive una debacle y que le hace falta un reconocimiento real a los autores, cosa que por “X” o “Y” razón no se ha podido concretar.



Finalmente, el trato cordial, no por eso menos ameno. Ornelas expresa su agradecimiento y un franco “hasta luego” que refleja la promesa de que algo bueno vendrá. Ese compromiso implícito sin duda se cumplió al tomar entre sus manos la guitarra y comenzar el show jugándose, como siempre, "hasta la camisa".

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