lunes, 15 de marzo de 2010

¿Y si sucediera en WWE?

El espectáculo que envuelve el universo de WWE me parece de primer nivel en lo que a producción se refiere.




Cada Lunes veo la transmisión que hacen de la marca RAW por TVC Deportes, así como “SmackDown” que transmite en México TV Azteca y me admiro de tener un show como ese frente a mí, (con todo y los comerciales que muchas veces invocan el “zapping”), las famosas “divas” de la empresa que ha sabido capitalizar el éxito a nivel mundial son un deleite para los seguidores, y no solo por los atributos físicos que cada una de ellas posee, sino por la ilusión que despiertan, por la gran expectación que generan y por ser sobre todo, estrellas mediáticas que “venden”, por ejemplo, inteligencia, belleza y clase en un solo “empaque” que es apto para todo público.



La gente puede pensar y poner miles de etiquetas y prejuicios en torno a las figuras de las luminarias que hacen grande a WWE pero creo que resulta interesante y curioso además, saber qué hay detrás de la vida de gente como Michelle Awink o de Oscar Gutiérrez Rubio.



Alguna vez, si mal no recuerdo, fue la famosa Kelly Kelly quien declaró lo siguiente:

"Realmente queremos ser conocidos como luchadores, no sólo como mujeres sexies."

¿Se habrá puesto a pensar Vince McMahon en realizar reportajes acerca de su cuerpo de trabajo?



Imagínelo, esto vendría a beneficiar a ambas partes: Ellos encuentran la forma de proyectar y hacer más cercano al público un producto como éste, y usted puede despejar dudas o mitos que circundan a un deporte que vive en estos momentos un matrimonio sólido con el espectáculo que usa como trampolín a la televisión.



Para un fenómeno como este, en el que ya no solamente tenemos el Consejo Mundial de Lucha Libre o Triple A, vendría a ser una especie de revulsivo que detone el interés de las personas ajenas a este tipo de entretenimiento y la obsesión en las que religiosamente encienden su televisión para llevar al clímax su nivel de endorfinas.



WWE provoca la locura, los fanáticos abarrotan los recintos en donde se presenta “el espectáculo más luminoso del mundo”, al aparecer las distintas personalidades la gente grita, se emociona y festeja, o al contrario se lamenta y sufre.



Con la llegada de la lucha libre norteamericana a los televisores mexicanos, se ha abierto una brecha entre la ya dividida industria luchística mexicana y los aficionados, que han cambiado a sus ídolos nacionales por los monstruos musculosos de la WWE.



Si la gente de la familia McMahon explorara otros nichos de mercado y se sumergiera en el mar de posibilidades que los medios les proveen, seguramente harían más grande su emporio y acrecentarían los seguidores que tienen en el globo terráqueo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario