lunes, 15 de marzo de 2010

¿Por qué "El Azote de Dios"? 1a Parte

"Bajo los cascos de su caballo nunca más crece la hierba”.


Los cuestionamientos en relación al origen del título de esta columna han sido bastantes y antes de seguir con la entrevista concerniente a develar el tratado antipiratería quisiera develar a usted el misterio.

Pues bien: Atila el Huno es razón fundamental, primero porque fue tan temido que se le conocía precisamente como "El Azote de Dios". Pero la historia de Atila es más que un relato de salvajismo, es también la historia de un hombre nacido para ser líder. Alguien tan hábil para hacer negocios y dirigir ejércitos como lo era con la espada.

Atila unificó las tribus hunas. Desde que se convirtió en su líder, en el año 434, se había transformado en uno de los gobernantes más poderosos sobre la faz de la tierra. Sin duda para sus enemigos atemorizados, este notable hombre era "el Azote de Dios".

El historiador griego Prisco dice de él lo siguiente:

"Fue un hombre que nació para sacudir las razas del mundo, un terror para todas las tierras que de una forma u otra atemorizó a todos por las noticias terribles propagadas sobre él. (…)Amante de la guerra, era reservado en sus acciones, dado a recibir consejos, amable con sus súbditos y generoso con aquellos a quienes había otorgado su confianza.”

Aunque, cabe la anotación de que para los griegos la historia era algo diferente, eran cuentos, y si los cuentos eran buenos entonces eran historia, no los hechos objetivos y puramente científicos.

Hubo ciertos escritores que propagaron el rumor de que los hunos eran salvajes, bestias infrahumanas. Entonces comenzaron a llamar a Atila: "El Azote de Dios". Pero esta propaganda negativa resultó favorable para Atila. Mientras más amenazante era su imagen, más sencillo era intimidar a sus enemigos.

En el año 452 d. C., luego de una campaña relámpago en el norte de Italia, Atila, rey de los hunos, guía a sus ejércitos hasta las mismas puertas de Roma. La capital del imperio más poderoso del mundo antiguo se encontraba ahora a los pies de este temible jefe guerrero. Su pueblo había arrasado con Europa como una tormenta proveniente de las estepas del Asia central, hacía tan sólo pocas generaciones.

En la guerra, sus ejércitos eran una fuerza irresistible y sangrienta que arrasaba con casi todo lo que encontraba a su paso. Una sola palabra de Atila podía hacer desintegrar reinos y sacudir los cimientos de los imperios.

Así las cosas amable lector, sus orígenes fueron tan oscuros como rápidas sus conquistas. Visto en el contexto de su tiempo, Atila fue un líder que aprovechó al máximo las oportunidades que la historia le ofreció a él y a su pueblo. En este proceso, se elevó de una relativa oscuridad para convertirse en uno de los famosos personajes de la historia.

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