Este hombre siempre pasa por la tele con cierta distancia de las grandes figuras. El público le muestra respeto y no lo mira hacia arriba, lo hace de frente y todo a través de una red social.
Víctor Hugo Sánchez ha pasado por diversos medios dejando su estela y su sello único; forma parte de una clase de comunicadores que por prejuicios parece difuminarse, pero que de igual modo resurge y alerta; hace uso de un lenguaje llano; es portador de lecciones de vida, especial para oídos abiertos y a él las circunstancias actuales le han favorecido en demasía.
Si puedo atreverme a redactar sobre el accionar de Víctor Hugo Sánchez, que colabora en SDP noticias, creo pertinente escribir de Erika Aponte, colaboradora de Grupo Imagen, que es de las pocas personas del medio que representan garantía de calidad porque imprime su rúbrica de manera clara, con sutileza deja su huella y hace gala de versatilidad en el mismo instante en que emite un comentario.
Algo parece unirlos, independientemente de pertenecer al gremio que cubre espectáculos: es el hecho de que ninguno de los dos busca satisfacer, al menos en lo profesional, las necesidades de su ego, y no se trazaron como principal objetivo su promoción. Son gente que transita constantemente entre micrófonos, cámaras y/o plumas sin temor, manejándose de manera ecuánime y que participa en la transformación del periodismo dentro de nuestra sociedad.
Hay otro punto en el que los caminos profesionales de ambos se cruzan y tiene que ver con su “lado humano”, porque no suelen dormirse en sus laureles como comúnmente se dice. Ellos saben verdaderamente el significado de la palabra modestia y eso se percibe en su forma de escribir, en la forma en que los dos se expresan mientras comunican al público la información que tienen.
Ellos rompen con aquel prejuicio que cargan a cuestas muchos: la gente por lo común piensa que los reporteros de espectáculos hablan mal de los demás, cuando esto, y no pretendo justificar, pero es así, es parte de la condición humana.
La única diferencia entre los reporteros de espectáculos y los demás es que las personas de las que se habla mal NO son famosas.
Se dice que en gustos se rompen géneros y es totalmente cierto. Tanto usted como yo tenemos un “amplio menú”, si lo quiere nombrar así, para escoger las mejores fuentes, pero si me permite “meter mi cuchara” de lleno, le puedo asegurar que en la medida de lo posible, con los dos protagonistas de esta columna encontrará equilibrio entre la información y el color que la nota tenga.
Aquí el lugar al que me puede hacer llegar sus comentarios:
http://twitter.com/AzoteOficial
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