Si la estrategia es seguir defendiendo su postura, deben poner atención a otras alternativas para buscar que la gente sea vea convencida y “compre” la idea que se tiene en torno a hacerle frente al crimen organizado.
Hemos visto incontables ocasiones en televisión, hemos escuchado o leído en dado caso, a Felipe Calderón mantener su línea de acción (sin mucho éxito) y el resultado pareciera no ser halagüeño porque cierto grupo de la sociedad no opta por servirle de “soporte” al jefe del ejecutivo.
En un tema como éste, que se debe tocar con mucha cautela así como con sus respectivas reservas, me resulta totalmente necesario escribir que el gobierno ha experimentado lo que es un “harakiri mediático” al no fortalecer sus argumentos y no responder como debiera en otros rubros como la educación y el empleo.
Calderón Hinojosa tiene un escudo que va de falacia en falacia, debe reconocer e impactar, el chiste es saber cómo lograr que él, con su investidura a cuestas, se vea arropado por el pueblo.
Es mejor enviar primero un mensaje claro y conciso en relación al saneamiento de las instituciones que nos rigen, de las fuerzas políticas que tienen presencia en el congreso de la nación, y del gabinete que debería ser incoloro.
Hay que atender las necesidades que nos atañan desde adentro para ir desarrollando estrategias que rindan frutos en la limpieza que se debe hacer por fuera.
Es verdad que hay que estar contra diversos males que nos aquejan constantemente, pero también es verdad que necesitamos a alguien que demuestre seguridad real y no sea una caricatura difuminada.
Si la voluntad política que pregona realmente existe, tendríamos que ver resultados óptimos, contundentes y veraces. No hay de otra.
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